La noticia la puedes leer aqui. No se puede evitar el escalofrío leyendo el artículo, más aún cuando se trata de un barco fabricado en la antigua Checoslovaquia en el año 1955 y nunca había tenido una revisión técnica a fondo, a pesar de lo cual tenía permiso para navegar.
Según parece la causa del naufragio fue un problema mecánico agrabado por el exceso de carga y el mal tiempo.
Me indigna enormemente cuando el dinero se antepone a los intereses de las personas que confiadas contratan un crucero donde ni se imaginan que van a perder la vida; prueba de ese interés es que el barco tenía capacidad para 156 personas (el mismo número de salvavidas), sin embargo embarcaron a 208, de los que 25 no tenían billete. Y pregunto yo, ¿qué hacen 25 personas que no son de la tripulación y tampoco son turistas? Quizás nunca lo sepamos, porque de momento (y ya no hay esperanzas de encontrar más supervivientes) sólo se han salvado 80 personas, 3 de ellas en estado grave.Me imagino ahora la escena del Titanic cuando se hunde, y como se suele decir la realidad supera a la ficción, tanto en el momento mismo del hundimiento del famoso barco como el del barco que nos ocupa ahora, el llamado Bulgaria.
Según parece algunos tripulantes avisaron al capitán de que el barco iba algo escorado, pero éste hizo caso omiso, y como en la película, se dan por fallecidos a él y a su esposa.
La verdad es que no puedo dejar de indignarme, como turista sostenible que soy, ahora que pasan estas catástrofes va el presidente ruso Medvédev y avisa que habrá una revisión total de los medios de transportes en el país y afirma que esto pasa por no cumplir las normas.
Ahora, esas personas no están entre nosotros y han perdido la vida de la peor manera posible: crees que vas a divertirte y lo que encuentras es la muerte....
Desde aquí nuestra solidaridad y calor para esas familias. Que descansen en paz.
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